Una tarde, cuando apenas comenzaba a disfrutar de una copa de vino tinto, ocurrió el temido accidente: el vino se derramó sobre el granito blanco de la cocina. Lo primero que pensé fue en la rapidez, necesitaba actuar en menos de 10 minutos para evitar una mancha permanente.
Fui corriendo por algunas toallas de papel, y empecé a absorber todo el vino posible, presionando con fuerza y moviéndome rápidamente. Este paso es crucial, ya que el granito, aunque es una piedra natural resistente, puede absorber líquidos si no se tratan de inmediato.
Luego de absorber el exceso de vino, recordé que siempre es bueno tener a la mano una mezcla de bicarbonato de sodio y agua. Preparé una pasta con unas proporciones de 3 partes de bicarbonato por 1 de agua. El bicarbonato, al ser alcalino, ayuda a neutralizar los ácidos del vino y a descomponer sus pigmentos.
Extendí la pasta sobre la mancha y la dejé actuar durante unos 15 minutos. Mientras esperaba, aproveché para buscar una empresa de limpieza profesional, como había leído en un artículo sobre mantenimiento del hogar, que recomendaba servicios de limpieza especializados para materiales como el granito. El granito blanco es más propenso a mostrar manchas debido a su color claro, así que cualquier descuido puede costar caro.
Al regresar, noté que la pasta de bicarbonato parecía haber absorbido parte del color del vino. Limpie cuidadosamente la pasta con un paño húmedo, asegurándome de no esparcirla más allá de la mancha original. Verifiqué si aún quedaban rastros del vino y, como parecía haber un ligero tinte rosado, repetí el proceso. Esta vez, solo necesité dejar la pasta actuar por unos 10 minutos, ya que la mancha era mucho más débil.
Puede parecer exagerado, pero invertir este tiempo y esfuerzo realmente marca la diferencia. Según expertos en mantenimiento de superficies, el costo de restaurar un granito dañado puede ascender a 300 euros o más, dependiendo de la extensión del daño. Honestamente, prefiero evitar ese gasto extra.
Para limpiar el área donde estaba la mancha, usé un limpiador de pH neutro. Este tipo de limpiadores son esenciales, ya que otros productos pueden dañar el sellador del granito. Cualquier producto con ácido, como el vinagre, puede erosionar la superficie, y eso es lo último que necesitas. Apliqué el limpiador con un paño suave y húmedo, y luego sequé completamente con una toalla limpia.
Finalmente, recordé un consejo que leí una vez en una publicación sobre el cuidado de superficies de piedra: aplicar un sellador de granito cada 1 o 2 años, dependiendo del nivel de uso. Apliqué el sellador como indican las instrucciones del producto, dejándolo actuar el tiempo necesario y puliendo después con un paño seco.
En perspectiva, pasar algo menos de una hora limpiando y sellando el granito no es mucho tiempo si se considera la alternativa de contratar un servicio profesional o, peor aún, tener que reemplazar la encimera. Actuar rápido, usar los productos adecuados y conocer algunos trucos puede ahorrar tiempo y dinero, y mantener el granito blanco en perfecto estado por muchos años.